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lunes, 22 de febrero de 2016

A la manera de Rubén Dario.

He escogido para contar este relato a la manera de Rubén una isla de Tailandia
Espero que os guste.

Una bonita mañana de un caluroso mes de Agosto de 1920, tumbado en una de las playas más maravillosas del mundo un joven naufrago, soldado de la marina de los EE.UU se despertó exhausto con la ropa mojada y rota y en los bolsillos una brújula, algas y una foto de sus padres muy arrugada. De repente un cangrejo de colores anaranjados y rojizos le enganchó el dedo gordo del pie con sus pinzas, el soldado gritó con todas sus fuerzas y a lo lejos entre las palmeras altas y de color verde que ponían fin a la playa de blanca arena se oyeron varias risas que parecían de mujer. Al instante la gente escondida entre las palmeras se acercó a él. Eran muy diferentes, de piel morena, pelo negro, rasgos asiáticos y vestían con poca ropa, para taparle lo justo y una flores y collares muy exóticos. El soldado se levantó con posición amenazante y el dedo gordo del pie como una almendra por el picotazo de aquel cangrejo. Una niña con una bonita sonrisa se acercó con varias frutas silvestres, él comió unas cuantas y a los varios segundos se derrumbó al suelo y una bandada de loros cacatúas y otras aves de colores muy llamativos empezaron a volar hacia el azul del cielo como si lo tuvieran ensayado. El soldado nunca despertó. Aquellos habitantes eran caníbales y esa pequeña isla aún estaba sin explorar, sus grandes montañas y sus frondosos bosques no habían sido pisados por la civilización. 

1 comentario:

  1. Buenas Guillermo, me ha parecido muy entretenida tu historia modernista, pienso que no te andas por las ramas y vas directamente al grano. Además de que la fotografía que has escogido me ha gustado mucho. Te felicito, sigue así compañero.

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